Entrevista a Germán Orizaola, investigador en el Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad de la Universidad de Oviedo. Hace hoy 35 años, la central nuclear de Chernóbil sufrió un accidente tan grave que obligó a delimitar una zona de exclusión de 30 km, ahora convertida en una reserva natural. Sin humanos, lobos, osos pardos, linces boreales, ranas y caballos, entre otros, proliferan y se adaptan en un área radiactiva, cuyo futuro sigue sin estar claro.
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Saludos
Prypiat
yandex.com/maps/geo/misto_prypiat/1444484334/?ll=30.053663,51.405267&a
Añado el interior de un edificio. Una escuela, tal como la dejaron.
«No está nada claro su futuro. De hecho, ahora hay un proyecto polémico que afecta a la zona, pero que va mucho más allá. Es la unión de la vía fluvial desde el mar Báltico hasta el mar Caspio aprovechando ríos, uno de ellos es el Prípiat, que pasa por Bielorrusia y por medio de la zona de exclusión de Chernóbil. Eso es un proyecto brutal de Polonia, Bielorrusia, y Ucrania, entre otros, que en principio va para delante. Las obras empezaron en Chernóbil en septiembre pasado.»