Èsù es una presencia, a la que se hace referencia con frecuencia en la espiritualidad africana, que cumple el papel de mensajero divino, una fuerza o poder que actúa como traductor entre el lenguaje de los humanos y el de las deidades. Aprovechando el simbolismo de Èsù, que se dice que controla el movimiento de la vida, Cristina de Middel y su esposo y colaborador, el artista Bruno Morais, exploraron las raíces y la representación de la espiritualidad africana a través de cuatro orillas estratégicas: Benín, Cuba, Brasil y Haití.