A grandes rasgos, lo que hace esta función "Privacy-preserving attribution", es que, en vez de ser la propia cookie quien controle y rastree al usuario, es Mozilla quien actúa de intermediario. Es decir, cuando una página pide hacer seguimiento de una campaña publicitaria, es el propio navegador quien genera un informe sobre las visualizaciones y la interacción, y lo envía a Mozilla. Mozilla, por su parte, sube los datos mediante un protocolo de agregación distribuida (DAP) a un «servicio de agregación» facilitado por el propio anunciante.