cultura y tecnología
9 meneos
112 clics

Por qué decir palabrotas no es malo pero igual deberías dejar de decirlas (en exceso)

Las palabrotas se nos antojan puñados de fonemas contaminados de ignominia y vileza que, como las enfermedades infecciosas, pueden colonizar nuestro cerebro para que obremos en sintonía. Recordemos que en muchos canales de televisión aún se usan pitidos para enmascarar palabrotas, como si se tratara de una especie de gripe que se contagia vía auditiva. La cuestión es que esta supuesta contaminación no solo es caprichosa, sino cambiante con el tiempo, y en ocasiones incluso deseable.

| etiquetas: palabrotas , exceso , lenguaje

menéame