Efectivamente, la coma criminal, como la denominó el lingüista peruano Alfredo Valle Degregori, es la responsable de uno de los errores más comunes del idioma español: colocarla separando sujeto de predicado o entre el verbo y el objeto. Lo que no se ha dicho en el relato es que tiene un cómplice, que es la pausa que a veces hacemos al hablar, bien para tomar aire, bien para intensificar el relato. Eso, como la noche a más de uno, nos confunde.
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