Un equipo interdisciplinario liderado por el antropólogo Gerhard Weber, de la Universidad de Viena, junto con expertos de la Academia Austriaca de Ciencias, ha concluido, tras analizar un cráneo hallado en 1929 en las ruinas de la tumba del Octágono de Éfeso, en Turquía, que los restos pertenecen a un niño de entre 11 y 14 años con trastornos de desarrollo, y no a Arsinoe IV, hermana de Cleopatra, como se había sugerido anteriormente.
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