Las rentas que sobrepasan los 3.606 euros mensuales brutos (43.272 euros brutos anuales) únicamente pagan el tope de la Seguridad Social, de forma que ningún contribuyente puede cotizar más de 15.686 euros anuales a la seguridad social. Como consecuencia, las rentas más elevadas se ven beneficiadas por este sistema, ya que aunque se sigue pagando el Impuesto sobre la Renta, en conjunto, el tipo impositivo real se reduce para determinados tramos de renta.
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