Govinda, el gran predicador Sikh, leía las escrituras sentado en una roca cerca de un torrente. Raghunath, su rico discípulo, se inclinó ante él y depositó, como ofrendas, dos hermosos brazaletes de oro adornados de piedras preciosas. Govinda cogió un brazalete y lo hizo girar entre sus dedos. De repente la joya resbaló de su mano, rodó por la roca y desapareció en los remolinos de la rápida corriente. Raghunath lanzó un grito y saltó al torrente. Buscó el brazalete mucho tiempo, …