Un equipo de ingenieros encabezado por Shriya S. Srinivasan, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y ahora en la Universidad Harvard, en Estados Unidos ambas instituciones, han ideado ahora una nueva forma de aprovechar ese fenómeno, utilizando una cápsula ingerible que vibra dentro del estómago. Estas vibraciones activan los mismos receptores de estiramiento que se encargan de detectar cuándo el estómago está estirado, creando una sensación ilusoria de saciedad.
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Ahora es con las ganas de comer.
Nah, eso tampoco sirve... Joder, no hay analogías buenas. Así no se puede