A menudo, cuando argumento a favor de que se suban los impuestos a las grandes empresas y a los muchimillonarios, en pocos minutos obtengo contestaciones airadas recordándome que si esos grandes empresarios existen es porque arriesgaron su patrimonio, porque tuvieron una idea genial, o que si se les suben los impuestos se irían a Marte. Obvian, no sé si deliveradamente o no, las rondas de financiación externa para conseguir convertir sus pymes en grandes corporaciones, y el punto de partida ventajoso de ese individuo respecto al resto de la población mundial. No, si tienes que dedicar 22 años de tu vida a estudiar y otros 25 a pagar hipoteca, difícilmente conseguiras tener un patrimonio que arriesgar en un proyecto empresarial.
Pero no quiero entrar en esa discusión. Simplemente quiero remarcar lo obscenamente ricas que son algunas personas (no digamos ya sus empresas) y lo mal repartida que está la riqueza del planeta, y por qué no supondría ningún problema gravar más a esas fortunas y empresas.
Dejo aquí la lista de los 15 más ricos del planeta actualmente:
Para mi ejemplo voy a coger el segundo, Bill Gates, para el que llevo trabajando indirectamente toda la vida. Y porque me cae simpático. Tiene una fortuna de 98.000 millones de dólares.
¿Pero cúanto es 98.000 millones de dólares? Tal vez no sea tanto, y yo sea un tanto aprovechado por querer que reparta parte de su fortuna (y ojo, que éste es de los buenos, un filántropo).
Imaginemos que gano un dólar por segundo. Sí, ya lo sé, es una burrada. En una hora ganaría 3.600 dólares. En un día, 86.400 dólares. Caramba, hay años que ni gano eso con mi sueldo actual.
Continuando con mi ejemplo imaginado, en un año ganaría 31.536.000 dólares. O dicho de otra forma, necesitaría vivir 3.107 años ganando un dólar por segundo para igualar la fortuna de Bill Gates.
No creo que haya nadie con un mínimo de criterio social que considere justo que haya personas que llega las 5 de la tarde y aún no han desayunado, mientras otros acumulan riqueza con la que podrían vivir 100.000 vidas sin dar un palo al agua.
Un mileurista que trabaje desde los 16 años hasta los 67 años, sin gastar ni un sólo euro, acumularía una fortuna de 765.000 dólares tras 51 años trabajando (a 15.000 dólares por año). Bill Gates podría vivir 100.000 vidas en las que gastar 1 millón de dólares en cada una.
Así que, no, no me vaís a convencer de que la riqueza está bien repartida tal y como está.