En los años 70 del siglo pasado se llegó a la cima de la exploración lunar, y con ello también el principio de su final. Con las misiones Apolo por un lado y las sondas de superficie soviéticas por otro, los objetivos parecían cumplidos y, pese a ideas de construir basas habitadas que rondaban por las mentes de algunos, demasiado avanzadas para la tecnología de la época, la cosa terminó ahí. La Humanidad había puesto su pie en la superficie lunar, aunque fuera de forma fugaz, y el camino parecía haber llegado a su final.