Urano y Neptuno son muy distintos y, además de hidrógeno y helio, deben contener gran cantidad de roca y otros volátiles como agua, amoniaco, nitrógeno, metano o dióxido de carbono. A las temperaturas del sistema solar exterior, estos volátiles están en forma sólida, de ahí el apodo de «gigantes de hielo», a pesar de que no está nada claro que en el interior de estos mundos estos compuestos estén en estado sólido. Ahora bien, ¿estamos seguros de que Urano y Neptuno son realmente gigantes de hielo? En realidad, no.