La sentencia está cerrada. Sólo quedan los flecos y su lectura a cierre de esta semana o, a lo sumo, el próximo lunes. Y su grado de rigor llegará a tal punto que el responsable de la ponencia –el magistrado Ángel Hurtado– ha tenido que ceder el testigo de parte de esa labor a sus dos magistrados compañeros en la Sala a causa de las exigencias de castigos más severos. Hurtado, de hecho, presentará voto particular para dejar clara su diferencia de criterio con respecto a las penas reclamadas por los otros dos jueces: Julio de Diego y José Ricard
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