Vázquez declaró a El Observador que a partir de octubre se empieza a notar un cambio en los bienes de los que se hacen los delincuentes durante una rapiña. Si en 2016 el 38% de las rapiñas eran objetos de valor, como carteras, championes, celulares, y el restante 62% era dinero, en 2017 el 59% de lo robado eran objetos y el 41% era dinero. "Esto quiere decir que el delincuente tiene más dificultad para robar, roba por menos monto, porque lo que roba lo tiene que vender, y necesita de robar más veces para sobrevivir", dijo.