«La idea de que estar de baja implica necesariamente no trabajar es un problema para la empresa y para el propio trabajador, que luego, cuando vuelve a estar de alta, se encuentra a otra persona en su puesto, o cambia para siempre la forma en la que es percibido por los demás en la oficina». Según dice Saiz, "trabajar estando de baja refuerza el prestigio del empleado por su capacidad de sacrificio". "Todo empleado sabe que, si no quiere tener problemas, es mejor que no dé problemas al empleador. Nadie quiere problemas."