Fue una escena durísima. La que vieron los vecinos de Francisco Catoira, en el barrio coruñés de Os Mallos, y sobre todo, la que vivieron dos niños de corta edad, uno de ellos con síndrome de Down, al ver a su padre fuera de sí siendo detenido por diez agentes de la Policía Local. Y pidiendo a uno de ellos que grabase el arresto. El crío, de 9 años, sacó su móvil entre lágrimas, y lo hizo. Un policía le preguntó qué estaba haciendo, y el pequeño le respondió: «Estoy grabando por orden de mi padre».