La historia de las siete activistas del colectivo feminista 8 Mil Motius, condenadas a un año y medio de prisión por su participación en la huelga general feminista del 8 de marzo de 2018, ha vuelto a suscitar un amplio debate sobre la represión a los movimientos sociales en nuestro país.
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etiquetas: 8m , feminismo , represión , movimientos sociales , miedo , prisión
La historia que emocionó a Spielberg, próximamente en los mejores cines.
Pero "justicia española" es más un oximóron que otra cosa.
No las condenan por participar en una manifestación, sino por cortar las cosas del tren.
BULO.
Vaya argumentos!
¿Estamos ante una limitación de la libertad de expresión? ¿Qué implica esta sentencia para quienes se organizan en otros colectivos y asociaciones?
Pero eso ya para otro dia.
Además protestar no implica tener que fastidiar el día a nadie, cuando hay una manifestación se anuncia hora y recorrido para que la gente lo tenga en cuenta y planifique su día.
Si alguno fue tan inocente como para pensar que podia sumarse a cortar las vías del tren y escapar sin consecuencias, quizá debería haber sido más listo y no dejarse llevar por la turba o la presión de su grupo. (Eso se suele aprender de adolescente...)
Las manifas del 8M me parecen una chorrada. Al principio iba, porque me parecía que estaban bien para visibilizar el feminismo como movimiento social y que se viera que no era algo minoritario. Luego vi que nunca había propuestas concretas por las que se luchara, ni una voluntad de encontrarlas, sino que era una suma de grupos diversos que coincidían de manera general en algunas cosas vagas pero que no había intención ni voluntad de encontrar qué pedir… » ver todo el comentario