"Prácticamente ya no podía caminar sin caerme con frecuencia, varias veces al día. En algunas situaciones, como al entrar en un ascensor, me tropezaba en el sitio, como si estuviera allí congelado, se podría decir", cuenta. "Ahora mismo, ya ni siquiera me dan miedo las escaleras. Todos los domingos voy al lago y camino unos 6km. Es increíble". El implante aún no se ha probado en un ensayo clínico completo. Pero el equipo suizo, espera que su tecnología pueda ofrecer un enfoque totalmente nuevo para tratar los déficits de movimiento[...]