“No es una guerra, es un genocidio”, decíamos en el anterior editorial sobre Gaza. Es un genocidio, volvemos a repetir ahora después de un mes de violencia y destrucción. El ensañamiento de Israel contra Gaza poco tiene que envidiar al exterminio que hicieron sus antepasados en las bíblicas ciudades de Jericó y de Ay. La violencia practicada contra Gaza ha dejado cerca de 2000 personas muertas, la mayoría de población civil de la que una tercera parte son niños y niñas, y más de 9.000 personas heridas, muchas de gravedad, medio millón