En el corazón de la Vía Láctea, hay un agujero negro supermasivo que se alimenta de un disco giratorio de gas caliente, aspirando cualquier cosa que se acerque demasiado, incluso la luz. No podemos verlo, pero su horizonte de sucesos proyecta una sombra, y una imagen de esa sombra podría ayudar a responder algunas preguntas importantes sobre el universo. Los científicos solían pensar que hacer tal imagen requeriría un telescopio del tamaño de la Tierra, hasta que Katie Bouman y un equipo de astrónomos idearon una alternativa inteligente.