Lo increíble del caso, según abogados consultados por el diario La Opinión de Tenerife y por el propio afectado que han visto la sentencia, es que no hay pruebas, no hay partes médicos, la misma denunciante no es la afectada -sino su hermana Amanda-, el propio texto incurre en contradicciones "flagrantes" y la culpabilidad únicamente se basa en los testimonios de su exnovia Teneza, Amanda y la madre de ambas. La historia arranca en 2003, cuando Adrián,recién llegado de Argentina, conoce a Teneza en Lanzarote e inicia una relación