Desde el inicio de la Gran Recesión la Seguridad Social ha perdido 4,4 millones de cotizantes y han subido en 600 000 los pensionistas. 2007 acabó con 20,5 millones de afiliados y ahora son 16,1. Por el contrario, los jubilados han pasado de 7,6 a 8,2 millones. En la medida en que no se pueden incrementar más los ingresos porque cada día hay menos cotizantes que pagan menos a causa del recorte salarial, no queda otra que bajar el poder adquisitivo de los pensionistas. Esta medida sería la más dura de la democracia y el final del gobierno Rajoy.