Asturias viene siendo conocida como el "paraíso natural". Sin embargo, en ese mismo lapso de tiempo, Asturias ha visto cómo ese vergel natural se ha vuelto hostil para los humanos, cómo la exuberancia de su geografía, la rotundidad de su gastronomía y la calidez de sus gentes enmascara una sociedad desorientada, desnortada, confusa, pasiva, atrapada en la reivindicación constante e incapaz de articular una respuesta constructiva.