El proyecto de ley para prohibir la exportación de animales vivos desde Reino Unido acaba de superar su última etapa en el Parlamento y pronto se convertirá en ley. Antes de la prohibición, hasta 1,6 millones de animales eran exportados cada año desde el Reino Unido, soportando viajes largos y llenos de dolor. Hacinados en camiones con poco espacio para moverse, estos animales sufrían de hambre, deshidratación, lesiones, agotamiento y angustia mental. Las condiciones extremas, incluyendo temperaturas excesivas, solo agravaban su sufrimiento.