El uso de corticoides en muchos casos permite salvar vidas, como en los casos de asma en exacerbación y otras emergencias alérgicas; sin embargo, es necesario conocer cómo minimizar los efectos adversos. El uso evitable e irresponsable de los corticoides orales o inyectables puede ser riesgoso para el paciente y ocasionarle, por ejemplo, hipertensión, trombosis, glaucoma, cataratas, visión borrosa, aumento de peso, insuficiencia suprarrenal, osteoporosis o afecciones psiquiátricas, entre otras consecuencias negativas.