Ha cruzado el desierto del Sáhara en jeep, ha explorado la selva del Perú en busca de una ciudad inca perdida, ha dormido en palacios de maharajás y en monasterios tibetanos, ha asistido a rituales chamánicos en aldeas remotas de Oceanía, se ha adentrado en el África negra para conocer a los surma, mursi, hamer y bororo. Pero, si tiene que elegir el momento más emocionante de su vida como viajero, probablemente sea la primera vez que abrió una tumba egipcia inviolada.