Como su nombre sugiere, el límite del frío se sitúa en lo que llamamos cero absoluto. Este valor es exactamente 273,15 grados Celsius bajo cero y se toma como el origen de la escala absoluta de temperaturas: la escala Kelvin. Así, el cero absoluto corresponde a cero Kelvin, y los cero grados Celsius a 273,15 Kelvin. Pero veamos cómo se pudo llegar a esta cifra tan exacta (adelantamos que no fue tarea fácil).