Arrojar toallitas al inodoro resulta totalmente contraproducente, ya que no se descomponen en contacto con el agua como la celulosa de la que está hecho el papel higiénico. Estos tejidos se van acumulando con más residuos de la red como compresas, gasas, preservativos o bastoncillos de oído, también arrojados incorrectamente al inodoro, aumentando su tamaño hasta el punto de poder provocar atascos en las conducciones de alcantarillado y, en caso de llegar a las estaciones de impulsión, incluso llegar a ocasionar el bloqueo de las bombas.