Más de 200.000 españoles, algunas estimaciones los elevan hasta los 300.000, necesitarían una prótesis de pene para lograr una erección, pero no todos ellos las utilizan, ni mucho menos. Al contrario, los usuarios son solo una minoría. Son hombres de más de 50 años que han probado de todo y que han hallado en la cirugía el último recurso para resolver un problema de salud que a menudo les trae por la calle de la amargura.