El secreto está en tomar alimentos que tienen "triptófano", como el chocolate, la leche y derivados lácteos, los huevos, los frutos secos, las frutas (aguacates, naranjas, melocotones, manzanas, uvas, fresas, mangos…), la hortalizas y verduras (lechuga, berenjenas, tomates, zanahorias, endibias, espárragos, espinacas, berros…), las legumbres (soja, garbanzos, lentejas, judías, guisantes…), los cereales (trigo, avena, maíz, centeno, arroz…), las semillas (sésamo, girasol, fenogreco…), los pescados (sobre todo pescados azules), aves y carnes.