En ámbitos complejos, caracterizados [entre otras cosas] por una incertidumbre elevada, la gestión de riesgos tradicional, con enfoques predictivos, es no sólo inefectiva, sino hasta peligrosa para los equipos y organizaciones que la emplean. En este tipo de situaciones, los enfoques más efectivos son los denominados adaptativos, que permiten el desarrollo en el sistema de una cualidad que denominamos ‘Resiliencia’.