La decisión del presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo, de quedarse con los ahorros de los científicos (llamados remanentes), que habían ido guardando para asegurar la viabilidad a sus proyectos, y que ahora se quieren utilizar en otros gastos, ha sentado como un tiro a la plantilla. Si la iniciativa de acudir a los abogados prospera (para apoyarla basta escribir al correo remanentes@incar.csic.es indicando ESTOY DE ACUERDO, el nombre y nivel profesional) no sólo se tomarán medidas judiciales contra el corralito, sino que se anuncia el envío a