El de Varsovia fue el más grande de los guetos creados por el régimen nazi y también el más densamente poblado: cerca de 400.000 judíos, lo que equivalía a casi una tercera parte de la ciudad. En 1943, una parte de los habitantes consiguieron armas e intentaron rebelarse, pero el levantamiento fue aplastado duramente por las SS, dejando el gueto en ruinas. Todos los judíos que quedaban en el gueto fueron capturados y el lugar fue transformado en un campo de concentración. Terminaba así la triste historia de otro capítulo del nazismo.