Una pista para el borrado permanente proviene de la investigación con crías de ratones. Con ellos, la terapia de extinción borra ompletamente la memoria del miedo, y no se puede recuperar. Identificando los cambios relevantes del cerebro en los roedores, entre su primera infancia y la etapa juvenil, se puede ayudar a los investigadores a recrear los aspectos del sistema infantil e inducir la supresión, libre de recidivas en las personas. Vía
spedr.com/1ubfv [ES]