Cuando se formó la Luna, hace unos 4.500 millones de años, el ciclo día-noche en la Tierra duraba menos de 10 horas en lugar de las 24 actuales. Pero desde entonces, la atracción gravitatoria de la Luna sobre la Tierra ha ido ralentizando la rotación de nuestro planeta, dando lugar a un día cada vez más largo. Hoy en día, sigue alargándose, aunque a un ritmo de tan solo 1,7 milésimas de segundo cada siglo. Sin embargo, la ralentización de la rotación terrestre debería haber avanzado mucho más en el pasado. Los cálculos indican que, sin nada