Portugal tuvo éxito en la pandemia atraendo a nómadas digitales, inversores en criptomoneda y jubilados adinerados. Pero ese modelo fue un foco de problemas, por lo que optó por convertirse en un paraíso del nearshoring en Europa, estrategia empresarial en la que trasladan parte de su producción o servicios a países cercanos con menor coste productivo, en vez de a Asia o América. Portugal ofrece combinación de costos bajos, resiliencia, acceso al mercado europeo y americano, independencia energética, política estable, mano de obra cualificada.