"Seremos fascistas, pero sabemos gobernar". Hace un año, el alcalde de Madrid, Martínez Almeida, ironizaba en un acto del PP que, aunque tanto a él como al Partido Popular le achacan un carácter totalitario, antidemocrático y ultranacionalista de extrema derecha, a cambio, estaban en disposición de ofrecer a la ciudadanía la capacidad de tomar decisiones acertadas y beneficiosas si se les votaba para ocupar el poder. Bueno, en realidad no lo dijo así, sino de un modo más campechano, pero el mensaje vino a ser el mismo e igual de inquietante.