Inquietante el debate abierto, con motivo del estreno de la película de Fernando Trueba, sobre ese conjunto de individuos, pueblos y problemas que llamamos España. Inquietante que quienes se erigen en defensores de la españolidad, como una especie de bien superior, nieguen a los demás el derecho a ejercerla de otra manera, e incluso a no ejercerla, aunque pocos de ellos hayan hecho tanto por España como Trueba con su obra artística. El debate se reproduce en un momento histórico muy dado a los nacionalismos.