Harold Shipman, médico de familia británico, considerado el asesino en serie con más muertes confirmadas, fue apodado “doctor muerte”. Entre 1975 y 1998 inyectó al menos a 218 pacientes, la mayoria ancianos, “una sobredosis masiva de opiáceos”. Se le descubrió en 1998 al cometer un error, se suicidó en su celda en 2004. Un nuevo libro ("El arte de la estadística, cómo aprender de los datos", del estadístico David Spiegelhalter) aborda la pregunta: "¿Podría habérsele atrapado antes?", aplicando análisis estadístico a certificados de defunción.