La situación actual nos hace plantearnos, cada día con más fuerza, el sentido que tienen nuestras acciones, ya sea a nivel individual como global. Este sentimiento se hace cada vez más patente en el desarrollo de proyectos, y, en concreto, los relacionados con el desarrollo social y territorial, comúnmente denominados como Cooperación al Desarrollo. La experiencia ha servido para darnos cuenta que algo está cambiando, y que no nos tenemos que dejar llevar por la inercia y la tendencia impuesta durante años.