Siendo uno de los paisajes ibéricos más relevantes, no se le escapa a casi nadie que las dehesas son los bosques huecos por donde campea el cerdo ibérico en montanera. La búsqueda proactiva de bellotas maduras que han caído al suelo es, en parte, la responsable de la grasa entreverada, que le da fama mundial al jamón ibérico. Pero seríamos muy injustos con las dehesas, y con nosotros mismos, si solo le reconociéramos este valor. La dehesa aporta un singular equilibrio entre biodiversidad y múltiples funciones.