Una mujer tirada en el frío suelo de la calle más comercial de Madrid, enterrada por decenas de bolsas de ZARA, Mango, El Corte Inglés, Media Markt, El Real Madrid o IKEA. Ocurrió el pasado viernes 25 de noviembre, Black Friday, el día más consumista del año y símbolo del lado más oscuro -tirando a negro- de nuestro modelo de consumo. Los curiosos se acercaban para intentar adivinar qué representaba aquello, eso sí, teléfono móvil en ristre para no perder detalle.