Los resultados mostraron que aprendían más rápido cuando la golosina se colocaba a la derecha o izquierda, eligiendo dirección. Por contra, les resultó más difícil recordar si estaba en el plato blanco o en el negro. Para descubrir si el sesgo espacial es sensorial, cognitivo o mixto, los investigadores necesitaron detectar y medir diferencias entre las capacidades visuales y cognitivas de los perros. "Las capacidades visuales de las razas de perros difieren entre sí, lo que se debe indirectamente a la forma de su cabeza"