(....) Alrededor de una centena de asistentes en el lujoso Casino de Madrid celebraban, verbo que en estado de alarma cae en desuso para los que son iguales, pero menos iguales, una de esas entregas de premios con los que las élites del país se galardonan de vez en cuando el hecho de serlo, por haberse conocido a sí mismas. No faltó nadie. Estaba todo el que tenía que estar. Políticos que no hacen política, periodistas que no hacen periodismo, grandes totems neoliberales pidiendo ayudas públicas...