Se trata de la principal propuesta cultural municipal para el viejo presidio que se ha transformado en galería de arte. El antiguo conjunto popularizado por la fuga masiva de internos de ETA, en 1976, y por el rodaje de diversas películas, fue invadido por los ciudadanos libres que acudieron a ver los espectáculos de diez artistas repartidos entre otras tantas celdas. Así, la oscuridad y el silencio han sido transformados con diferentes actividades como la danza, la música, el teatro, circo y cortometrajes.