Las baterías actuales, tal como las conocemos, han alcanzado una especie de barrera insuperable, y su desarrollo y avance comienza a ser muy lento, pudiendo apenas mejorar la capacidad de estas, y no su velocidad de carga. Mientras que el aumento de capacidad es una gran noticia, si debemos emplear 3, 6, u 8 horas — dependiendo del dispositivo — para completar un ciclo de carga completo estamos anclados a una toma de corriente durante una gran parte del día, lo que resulta contraproducente en todo tipo de aparatos electrónicos.