A la cantante y compositora Lily Allen tener un perro le ha salido caro. La historia se remonta al pasado 22 de agosto, cuando la artista contaba en su podcast, Kiss Me?, cómo su nueva mascota “arruinó su vida” por haberse comido su pasaporte y el de sus hijos, por lo que no pudieron volar a Inglaterra, donde se encuentra su padre, cuando tenían planeado. La artista, finalmente, tomó la decisión de devolver a la perra a la protectora donde la adoptó. Desde entonces, Allen, de 39 años, ha tenido que enfrentarse al duro escrutinio de las redes so