Ana Rosa Quintana anunció, dentro de la nueva y encarnizada guerra por el dominio de las audiencias matinales, dos fichajes para reforzar su tertulia política: la excelente periodista Rosa María Calaf y el insultador profesional Jiménez Losantos. Una de cal y otra de arena, dirán ustedes. Pero a la hora de la verdad, vaya por Dios, sólo ha aparecido por el plató de Telecinco el ex de la Cope. Una tormenta de arena. Bien hecho: el programa de la escritora, como todos los de esta cadena, no necesita periodistas, sino agitadores.