Según el relato de Hutchinson, el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, el expresidente fue alertado ahí mismo de que varias de las personas que querían asistir a presenciar su discurso portaban armas de fuego, a lo que él respondió: "No han venido aquí a hacerme daño a mí". Así, enojado porque no había tantos asistentes como él deseaba, Trump ordenó a los servicios de seguridad que dejasen entrar a todos los presentes, sin importar si llevaban armas.