La sentencia nos toma por lerdos a los ciudadanos: incapaces, en nuestra ignorancia jurídica, de comprender los secretos de la ley. Lees como un papagayo que la alarma está prescrita para «crisis sanitarias, tales como epidemias», y que el Gobierno debe «adoptar las normas para la lucha contra las enfermedades infecciosas», pero no entiendes nada. Eres un necio. Lo que hubo aquí no fue una crisis sanitaria ni una pandemia, entérate, sino alteraciones graves del orden público que el Gobierno debió reprimir con el estado de excepción.